Profundizando sobre las Constelaciones Familiares

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Las constelaciones familiares se asemejan a la constelación de estrellas

¿Qué es una constelación?

Etimológicamente hablando es “un conjunto de estrellas que forman parte de un sistema dinámico que se encuentra en contínua interacción y evolución”, es el hombre que le ha dado un sentido a partir de la imagen que le sugiere la posición y relación de las estrellas.

De la misma manera podemos hablar de las constelaciones humanas que son la representación de la dinámica familiar  y en la cual la posición de cada miembro de la familia es el resultado de muchos factores que se dan dentro del núcleo familiar.

Laas constelaciones familiares están basadas en la teoría de sistemas y propone que cada persona humana en toda su complejidad trae, además información de los familiares de los que proviene (hereda nosólo los aspectos físicos sino también los psicológicos, con todo lo que esto implica y en todos sus ámbitos relacionales) y que esta información es trasngeneracional, es decir trasciende el ámbito de la familia nuclear.

¿Quién es el creador de la Teoría de las Constelaciones Familiares?

Es el católico alemán Berth Hellinger, nacido en el año 1925. Estudió Filosofía, Teología y Pedagogía. Trabajó  durante 16 años en Sudáfrica. En esa época pertenecía a una orden católica. Posteriormente estudió Psicoanálisis, Programación Neurolingüística, Terapia Familiar Sistémica, Análisis Transaccional, Teoría Ericsoniana, entre otros.

A las Constelaciones Familiares se le conoce también como Terapia Transgeneracional, Terapia Familiar Sistémica o Terapia Fenomenológica.

El trabajo de Constelaciones Familiares está enfocado a la solución de problemas  y es uno de los instrumentos terapéuticos más eficaces para reorientar y sanar las relaciones familiares.

¿En que se basan las constelaciones familiares?

En el concepto de CONCIENCIA el cual  funciona como un sistema de alarma que me avisa cómo me siento dentro de mi familia, en relación a ella, aunque esté lejos de ella porque los vínculos familiares son tan fuertes que permanecen a pesar de la distancia, la ausencia, el rechazo y la muerte. Y es en la familia de origen donde este sistema de alarma me avisa si me siento inocente o culpable en cualquier grupo al que pertenezco y es en la familia de origen que tiene la mayor influencia psicológica donde el sistema de alarma está más despierto.

¿Cómo descubrir los sentimientos de inocencia y de culpa?

  • Los sentimientos de inocencia se reflejan en una sensación de bienestar, armonía, paz, lo que nos lleva a sentirnos a gusto.
  • Los sentimientos de culpa por el contrario se reflejan en una sensación de malestar, incomodidad, inranquilidad, no nos sentimos a gusto.

¿Cuál es el objetivo de la Terapia de Constelaciones Familiares?

Reestablecer las “Órdenes del Amor”, es decir: las identificaciones ( necesidad de pertenencia) e implicaciones (que alguien en la familia inconscientemente vuelve a asumir y a vivir la suerte de otro miembro de la familia anterior a él) que se pueden desarrollar en las redes familiares y encontrar caminos para liberarse de estos enredos.

Para entender mejor estos “enredos ” dentro de la dinámica familiar es importante entender las  tres nececidades fundamentales o factores claves, los cuales están unidos entre si,  que se tienen que vivir para pertenecer y que se dan en todos los grupos humanos:

  • Vinculación
  • Órden
  • Equilibrio entre dar y recibir

La VINCULACIÓN la podemos entender porque siempre hemos querido pertenecer desde pequeños, y esta necesidad de pertenencia se da inicialmente en nuestra familia de origen. Cualquier cosa que hace el miembro de un grupo o familia a la que pertenezco, el grado en que esto me afecta determina el grado en que me encuentro vinculado. Y se puede medir la magnitud de la vinculación por los sentimientos de culpa o inocencia que surgen cuando tengo éxito o fallo en lo que hago.

¿Es lo mismo vinculación que relación?

No, no es lo mismo, yo puedo estar vinculado con alguien y sin embargo tener una mala relación con él. Por ejemplo, un hijo puede estar muy vinculado con su padre a través de síntomas o actitudes negativas similares, pero esto no significa que tengan una buena relación. Lo mismo sucede con las parejas donde hay problemas de dependencia y codependencia, sin embargo la relación generalmente es mala y desgastante.

Hay actos y situaciones que vinculan más, como en el caso de los secretos de familia o las lealtades ciegas que se generan en situaciones de abuso.

¿Cómo decidimos hasta donde y cuanto nos vinculamos a  un grupo determinado?

  • Si me siento con derecho de recibir los bienes del grupo, como la pertenencia, el abrigo, la protección mi vinculación es inocente.
  • Si me siento sin derecho a pertenecer, con miedo a perder este sentido de pertenencia y si siento que merezco ser expulsado entonces mi vinculación es culpable.

Aprendemos a vincularnos en orden, nuestra primera vinculación fue con nuestros padres y hermanos con los que quedaré vinculados para toda la vida, independientemente de la distancia, de la calidad de la relación o si están vivos o muertos.

Conforme crecimos aprendimos a vincularnos con otras personas…la profundidad del vínculo se refleja en la manera en que una persona forma parte de un grupo, es decir la manera en que actúa; a mayor vinculación hay más similitud en los gestos, ademanes, movimientos, actitudes, creencias y valores.

El ORDEN son las “normas” o “reglas” que cada grupo posee.

Estas normas o reglas pueden ser superficiales (que generalmente se discuten desde el principio del matrimonio) y profundad (que son de las que no se habla, ni se comentan pero que son las que seguimos dentro del grupo).

Pasamos de considerar “mis órdenes”, las órdenes del otro a finalmente “nuestras órdenes”. Mientras más vinculados nos sintamos a un grupo más nos importará seguir las órdenes de él. A mayor vinculación mayor ORDEN y mayor necesidad de seguir ese órden.

Lo más común es encontrar en las familias varias órdenes superficiales y varias órdenes profundas. Unas son positivas otras negativas.

En la vinculación inocente el ORDEN es positivo, es decir seguir las reglas  o normas se vive como fidelidad en lo bueno y en lo malo.

En la vinculación culpable  el ORDEN es negativo, es decir el no seguir las reglas o normas se vive como “infracción” lo que genera miedo al rechazo y al castigo.

El EQUILIBRIO ENTRE EL DAR Y EL RECIBIR, es decir la ganancia y la pérdida.

Este factor tiene que ver con la necesidad de encontrar un equilibrio entre lo que damos y tomamos o recibimos. Esta necesidad de una “justicia compensatoria” es algo específicamente humano, y es tan importante e instintivo que define nuestra convivencia humana. La mayoría de las veces ni siquiera necesita ser acordado.

Entonces…si alguien para mí es importante, es decir el vínculo es fuerte, mi necesidad de equilibrio entre el dar y recibir adquiere mayor fuerza.

Por eso a mayor vinculación mayor orden y por lo tanto mayor necesidad de lograr el equilibrio entre el dar y el recibir:

>vinculación>orden>necesidad de equilibrio entre el dar y recibir.
¿Cómo entender esta necesidad de equilibrio?

Es un movimiento que para que sea sano necesita ser en dos sentidos.

  • Cuando alguien recibe… quiere dar
  • Cuando alguien da…espera recibir

Por eso cuando me dan y no puedo devolver me siento mal…

Y si me dan, y me dan, y me dan…sin siquiera yo pedirlo, me siento controlada y me enoja.

Lo mismo sucede con lo negativo, por ejemplo, cuantas veces en una relación por prudencia y por amor  creemos que si damos o aguantamos más y más,  la relación crecerá o se salvará, yo me siento bien porque estoy dando a cambio, y aunque al principio la tensión puede ser positiva a la larga generalmente hay desgaste. En estos casos el costo psicológico y físico es muy alto,  lo que casi siempre nunca es suficiente.

Ante todo esto es importante que aprendamos a manejar correctamentes “cotizaciones saludables”, es decir formas nuevas y saludables de “devolver”. En este caso se recomienda utilizar el agradecimiento como una forma de devolver, recibiendo con alegría, especialmente en los casos en que no tenemos manera de pagar, esta es la clave, porque hay gente que no sabe o no quiere recibir porque recibir lo compromete, y hay otras que reciben y reciben sin agradecer, y aunque esto no lo hace por egoista finalmente puede irritar, enfermar, generar  frustración y enojo en el que da.

Esto último sucede muy frecuentemente en algunas personas que  buscan ser apreciadas, reconocidas, aceptadas, por eso sacrifican, dan todo esperando que él otro reconozca su esfuerzo y abnegación. Y ésto continuará mientras sigan buscando afuera el aprecio que sólo pueden encontrar dentro de ellos mismos.

EXCEPCIÓN a esta necesidad de EQUILIBRIO entre el dar y el recibir: LOS PADRES

En la relación con nuestros padres las cosas se presentan  de manera diferente porque ellos nos dieron la vida, esto hace que la vinculación sea más fuerte, por eso con frecuencias nos sentimos en deuda con ellos. Esta obligación puede ser vivida con gusto o como una carga.

Como el vínculo con nuestros padres además de ser muy fuerte  implica una jerarquía, nos resulta difícil encontrar el equilibrio entre el dar y recibir. ¿Cómo devolverles el gran regalo de hacernos dado la vida?.

  • Recibiendo lo que nos dieron con alegría
  • Agradeciéndoles
  • Dándoles a tus propios hijos algo de lo recibido por tus padres (valores, ejemplo, educación, amor…)

El equilibrio entre el dar y recibir se logra entonces: aprendiendo a sentirnos libres de la obligaciones si la vinculación con nuestros padres es inocente, pero si ésta vinculación es culpable el equilibrio se vivirá como obligación.

Ahora tienes suficientes elementos para comprender mejor  tu dinámica familiar, podrás crear una imagen más clara de tu sistema y empezarás a ver tus problemas actuales desde esta nueva perspectiva.

Finalmente tu decides qué tipo de relación quieres tener!

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