ESTRÉS POSTRAUMÁTICO
“El sufrimiento humano tiene un límite, ciertas experiencias no se superan nunca, pensamos que la muerte de un ser querido constituye el hecho más doloroso imaginable y el más difícil de superar; sin embargo, aunque sea dificil admitirlo, aún es posible un dolor más cruel y es el horror no previsible, el que se sale del rango de la experiencia humana habitual”
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
A lo largo de la historia de la humanidad el estrés psicológico ha estado presente y las referencias más tempranas son los síntomas característicos que surgen como consecuencia de las guerras. Sin embargo, éstas reacciones o síntomas no están limitados a la guerra; las reacciones psicológicas observadas frente a hechos traumáticos se presentan, también, como reacciones a accidentes o situaciones en donde se experimente estar expuesto a peligro extremo y se tema por la vida.
El estrés postraumático puede afectar a personas de cualquier edad, también a los niños, siendo precisamente éstos más vulnerables a los efectos a largo plazo. La forma de vida de la persona que ha sufrido este tipo de traumas se altera, llegando a haber cambios tan radicales tales como cambio de trabajo, de domicilio o de ciudad; no sólo se resienten las relaciones interpersonales, sino que pueden incluso llegar a destruirse.
Inicialmente, fue a raíz de los movimientos pacifistas y de los que están contra la violencia doméstica y sexual, lo que hizo que aumentara el interés por el estudio del trauma psicológico, de sus consecuencias y su tratamiento. Actualmente hay que añadir la necesidad de auxiliar a víctimas de estrés postraumático debido a desastres naturales, ataques terroristas, secuestros, torturas y accidentes, así como la de auxiliar al personal involucrado en asistir a esas víctimas.
Es hasta 1980 que la Asociación Psiquiátrica Americana describe al trastorno de estrés postraumático como un “trastorno mental que puede dasarrollarse como una respuesta a un trauma psicológico o físico”.
En 1987, el criterio diagnóstico fue ligeramente cambiado; sin embargo, los conceptos se mantienen igual y el que haya sido reconocido como un trastorno, permitió que se llevaran a cabo publicaciones científicas como resultado de investigaciones, así como que se desarrollaran estrategias de atención y programas de prevención, ya que el impacto de eventos traumáticos como en situaciones de abuso sexual y violencia, es considerado como el origen de muchas patologías tales como drogadicción, depresiones, problemas de alimentación, etc.
Actualmente, ante la necesidad de atender de manera permanente a las víctimas de los desastres naturales, la guerra y los atentados terroristas, varias organizaciones internacionales han generado sistemas de apoyo psicológico para los sobrevivientes de estos eventos traumáticos; este apoyo incluye y se extiende al personal que atiende a las víctimas, como son los bomberos, los grupos de rescate, la fuerza de policía y el personal médico.
“Los psicólogos expertos en la intervención en catástrofes saben perfectamente que su participación es fundamental para ayudar a las víctimas a mantener el control, evitar la crisis nerviosa inmediata, facilitar la toma de decisiones sobre la marcha y confortar el espíritu” . Esto a manera de intervención inicial, posteriormente, los expertos consideran que será necesaria una psicoterapia prolongada para las víctimas.
En los casos de sobrevivientes a catástrofes o accidentes, habrá que trabajar con el sentimiento de remordimiento agudo que sufre quien ha presenciado la tragedia pero que ha logrado salvarse, y es lo que se denomina “culpabilidad del sobreviviente”.
Ante espantosas catástrofes naturales, cualquiera de ellos “sufrirán durante mucho tiempo secuelas psicológicas, tales como sentirse incapaz de solucionar sus problemas, encontrar casi todo lo que les rodea monótomo y carente de sentido y no recuperar el estado de ánimo que tenían antes de la catástrofe.”
Hay casos donde lo que sucede parece de ciencia ficción, las dimensiones del horror desbordan cualquier imaginación, el dolor enorme ante la tragedia provoca una especie de onda expansiva emocional tan potente que deja graves secuelas psicológicas en muchas personas hasta el final de su vidas.
NATURALEZA DEL ESTRÉS POSTRAUMÁTICO
¿Dónde reside la esencia del Trauma?
“Etimológicamente, del griego, trauma significa herida o lasceración. En el contexto psicoanálitico se refiere a la intensidad de un evento al que el sujeto no se halla en grado de responder de una manera adecuada”. También se dice que el trauma es un choque o impresión afectiva que deja huella profunda y duradera a nivel inconsciente.
Inicialmente, para que un evento fuera considerado como trauma, de acuerdo a la clasificación del DSM-III-R (1987), se requería que una persona hubiera sido expuesta a un evento que estaba “más allá del rango normal de la experiencia humana”, este evento, en sí, era “traumático” y producía una “respuesta traumática”.
Actualmente, se ha pasado a reconocer de manera implícita que las personas están expuestas normalmente a eventos traumáticos como parte de su experiencia humana. Se incluye también el criterio de que tiene que presentarse una respuesta emocional intensa, como horror, terror, o pánico, hacia ese evento traumático. Esto ha permitido que la clave del trauma radique en la respuesta traumática.
Por lo tanto, es la reacción del individuo lo que configura al evento y le da el carácter de traumático. Esto implica que necesitamos tomar en cuenta la experiencia subjetiva que lleva a la manera en que se responde al evento.
El trauma, entonces, no responde en realidad a la gravedad del evento, ya que el mismo evento puede traumatizar a una persona y a la otra no. Y aunque pertenezca al ámbito de la experiencia humana normal, porque tarde o temprano todos padecemos eventos que nos lastiman y nos hieren, no todos respondemos con la misma intensidad, e individualmente se pueden considerar algunos factores que predisponen a la persona para que viva como trauma algún evento doloroso. Entre esos factores se enumeran los siguientes:
- La vulnerabilidad genético-constitucional de la persona
- La experiencias negativas o traumáticas en la infancia
- Ciertas características de personalidad (hipersensibilidad, dependencia, paranoia, etc.)
- Estrés reciente o cambios existenciales
- Un sistema social de apoyo insuficiente
- Un grave y reciente abuso del alcohol
- Percibir la clave del control fuera y no dentro de uno mismo
Ahora bien, para entender el trauma psicológico hay que observar sus efectos psicológicos y neurofisiológicos, los cuales se expresan como “cambios en la respuesta biológica al estrés”, produciendo alteraciones profundas en los mecanismos hormonales relacionados y en el procesamiento de la memoria.
El concepto de estrés ha evolucionado. Actualmente podemos considerarlo como un proceso fisiológico y psicológico que se lleva a cabo cuando se percibe un exceso de demandas ambientales y que están por encima de las capacidades de la persona para satisfacerlas. Las consecuencias ante este fracaso son importantes, así como la manera en que el individuo las percibe.
Tenemos, un concepto moderno de estrés donde se observa la interacción de tres factores importantes:
- El medio ambiente o entorno.
- La manera como la persona lo percibe de acuerdo a su personalidad, experiencias previas, contexto familiar y cultural.
- La manera en que percibe sus propios recursos para enfrentar las demandas del entorno (autoeficacia percibida). Cazabat y Costa, 2000
Los cambios en la respuesta al estrés que tienen que ver con la Respuesta General de Adaptación del organismo frente a un estímulo amenazante puede ser de dos tipos:
- De afrontamiento a la situación
- De huída.
Se produce entonces un aumento en el ritmo cardiaco, aumento de la presión sanguínea, del ritmo respiratorio, las pupilas se dilatan, se tensan los músculos, aumenta la glicemia, se libera adrenalina, noradrenalina, glucocorticoides, y se produce vasoconstricción periférica.
Como la situación que enfrenta la persona es percibida como amenazadora para la vida o la integridad física, ya sea propia o ajena, reacciona con intenso temor, horror o pánico; sin embargo, para que se desarrolle un Trastorno de Estrés Postraumático, una característica necesaria es que la respuesta al estrés de la situación amenazante se autoperpetúe.
Lo interesante es que con esta clasificación ahora, ya no se hace hincapié en el evento en sí, sino en la reacción del individuo, y esto es lo que lo define como evento traumático cuyo impacto altera la vida normal de la víctima, produciendo profundas alteraciones a nivel biológico, emocional, cognitivo y relacional.
Aunque ya no se hace hincapié en el evento en sí, sino en la reacción del individuo, hay que tomar en cuenta que “el impacto es diferente cuando el trauma ha sido provocado por la mano de otro ser humano (actos de terrorismo, violación, asesinato de un familiar, secuestro), es más doloroso y duradero que cuando se trata de catástrofes naturales o de accidentes” .
En relación a esto, la maestra Pilar Varela cita al profesor José Miguel-Tobal, quien afirma que “en estos casos suelen aparecer sentimientos de vergüenza, culpa, inutilidad y desesperación, junto con otros síntomas como desequilibrio afectivo, hostilidad, retraimiento social, pérdida de creencias y valores, comportamiento agresivo o autodestructivo”.
En el caso de las personas que sufren secuestro, los especialistas afirman que existen dos tipos de dramas: el durante de las familias y el después de los secuestrados. Para los sobrevivientes de un secuestro reubicarse en la vida es muy difícil, ya que durante el tiempo que estuvo ausente, otro familiar ha ocupado el rol familiar del secuestrado. En el caso de la pareja, a menudo los desencuentros son muy grandes, hay agobio por las solicitudes de la pareja y después de tanto tiempo de separación, conflictos de lealtad. Las expectativas familiares también cambian, idealizan al ausente y después vienen las decepciones. El secuestro, provoca enorme dolor en todos los implicados, y deja en ellos una sensación intensa de pérdida de tiempo, de miedo y de injusticia.
En el caso de la violación, el DSM IV y la Asociación Psiquiátrica Americana sugieren que muchas víctimas de violación podrían ser diagnosticadas de estrés postraumático, ya que la experiencia de violación es vivida como una amenaza a la vida de las víctimas y que algunas de ellas desarrollan problemas persistentes y significativos, tales como el miedo y la ansiedad. También porque se cumplen varios de los criterios de diagnóstico, entre los cuales se encuentran: reexperimentación del evento traumático, evitación, embotamiento de la respuesta ante el medio externo y reducción de la implicación en él.
También se pone de manifiesto que “el miedo inducido por la violación produce restricciones sustanciales en el estilo de vida y las actividades de las víctimas”. Los trastornos de sueño también ocurren, aunque suelen disminuir con el tiempo. Lo que algunas veces es experimentado por las víctimas, es el sentimiento de culpa sobre la conducta requerida para sobrevivir. Y el mayor problema es que frecuentemente, se culpan irracionalmente por la agresión, más que al violador.
Después de todo lo visto previamente, el problema es que, el impacto del trauma genera en las víctimas síntomas que muchas veces son de aparición tardía, incluso años después del evento. Esto lleva a que los síntomas sean malinterpretados y diagnosticados como trastornos psicóticos, depresión, simulación, entre otros.
Los síntomas que sufren las víctimas son de tres tipos:
A) Reexperimentación del evento traumático (flashbacks, pesadillas, etc.)
B) Evitación de los estímulos asociados al trauma y embotamiento psíquico y emocional (sentimientos de desapego, anhedonia, amnesia total o parcial del evento, etc.)
C) Incremento persistente del estrés-arousal, hiperactivación (hyperarousal (sobrexcitación), hipervigilancia, dificultades para dormir, respuesta de sobresalto, irritabilidad, etc.)
Como hay una dificultad para archivar el evento traumático en la memoria explícita o narrativa, y quien lo sufre parece haber quedado congelado en el tiempo, fijado en el hecho traumático, se suele interpretar este trastorno como una falla en el mecanismo de la memoria.
La persona parece condenada a vivir en eterno conflicto ante la necesidad de evitarlo, olvidarlo, anestesiando sus sentimientos y reacciones para evitar el sufrimiento; y, al mismo tiempo, en un aparente intento por procesarlo para archivarlo, termina reviviéndolo permanentemente.
ANALICEMOS A FONDO CADA UNO DE LOS SÍNTOMAS DE ESTA FORMA EXTREMA DE ESTRÉS HUMANO
A) “Los síntomas de reexperimentación pueden producirse de maneras variadas:
- Por la aparición recurrente de pensamientos, sentimientos, o imágenes relacionadas con el evento traumático.
- Por sueños y pesadillas recurrentes que producen malestar.
- Por la sensación de estar viviendo nuevamente el evento traumático, ya sea en forma de flashbacks, episodios disociativos, ilusiones o alucinaciones.
- Por reacciones fisiológicas o psicológicas intensas de malestar, ante la presencia de cualquier estímulo que recuerden o simbolicen el evento traumático.
Es importante destacar que “cada nueva reexperimentación del hecho traumático, provoca en el individuo una réplica de la reacción del estrés original frente al trauma, provocando así una retraumatización. De esta manera el trauma se autoperpetúa”. Dejando a la persona en una posición vulnerable, temporalmente detenido y reexpuesto al hecho traumático.
B) Bajo la categoría de los síntomas de evitación tenemos dos tipos de síntomas:
- 1.- Los de evitación en el sentido estricto, en los cuales se incluyen los esfuerzos por evitar los pensamientos, las sensaciones, las personas, los lugares, las actividades y los hechos que recuerden el evento traumático.
- 2.- Los de caracter disociativo o de embotamiento psíquico, dentro de los cuales se encuentran:
- La incapacidad para recordar aspectos significativos del evento traumático.
- La reducción del interés o de la participación en las actividades que les resultan significativas.
- La sensación de desapego o enajenación o extrañamiento.
- Una reducción significativa de la vida afectiva, con incapacidad de experimentar sentimientos positivos.
- La sensación del futuro como desolador y la desesperanza.
La persona genera estos síntomas como una manera de intentar protegerse de las emociones que resultan intolerables, ya sea evitando directamente cualquier cosa que recuerde al trauma, o bien, anestesiándose emocionalmente. Esto lo hace de diferentes maneras, ya sea a través de mecanismos disociativos o síntomas de amnesia, ya sea por medio del consumo de sustancias o de trastornos alimenticios u otro tipo de adicciones, como al trabajo.
C) Los síntomas de hiperactividad, también denominados hiperarousal, son:
- Los trastornos de sueño
- Trastornos en la concentración
- Estado anímico irritable
- Hipervigilancia
- Respuestas de sobresalto exagerada
Con estos síntomas, el paciente está siempre en guardia….intentando permanecer a salvo de la reexposición del evento traumático. El problema es que la persona nunca se siente a salvo; el sentimiento de vulnerabilidad y desprotección siempre está presente; es por eso que es imprescindible la construcción de una buena alianza terapéutica que permita al paciente sentirse protegido y desarrolle sus propios recursos internos para sanar las heridas del trauma.
Es importante señalar nuevamente que por las características del trastorno, muchos de los síntomas son confundidos con otros trastornos como el trastorno depresivo, el de somatización, simulación, deficit de atención, personalidad borderline, personalidad antisocial, e incluso algún tipo de trastorno psicótico.” En los niños, en lugar de la respuesta de miedo, horror e impotencia, se presenta un comportamiento desorganizado o agitado y el impacto se refleja posteriormente en problemas de conducta, alteración del sueño, en la alimentación y en bajo rendimiento escolar, entre otros.
NATURALEZA Y CURSO DE DESARROLLO DEL TRASTORNO
“El estrés postraumático puede ser también visto como una combinación de recolección de imágenes y una excesiva excitación-evocación, especialmente del sistema nervioso simpático (Everly and Lating, 1995). El embotamiento y aislamiento es considerado como una reacción secundaria a la irrupción de la recolección de eventos y al incremento en la evocación-excitación.
Desde esta propuesta podemos entender que:
- “El trastorno de estrés postraumático puede representar una variación extrema de mecanismo de sobrevivencia. Si recordamos que este trastorno surge de la exposición a algunos eventos que son una amenaza a la vida o de otra manera capaces de agobiar y sobrepasar los mecanismos normales para enfrentar situaciones estresantes.
- “Pudiera ser que la respuesta de sobrevivencia de la mente ante el evento esté profundamente enraizada en la memoria, de tal manera que, situaciones similares en el futuro, puedan ser evitadas (o que la persona esté preparada para enfrentarlos).
- “La respuesta de sobrevivenvia del cuerpo puede ser la de crear un estado crónico de excitación que lo mantiene a uno preparado para enfrentar o huir ante la menor provocación o amenaza.
- “Puede ser que los síntomas de adormecimiento o embotamiento, especialmente el de aislamiento, representen un mecanismo de conservación de energía diseñado para permitir la recuperación de la fortaleza después de un evento traumático”.
Esquema anterior: Modelo del Proceso del Trastorno de Estrés Postraumático (Fuente: Adaptada por Everly and Lating, 1995)
“Si analizamos el trastorno de estrés postraumático podemos encontrar dos factores subyacentes: una hipersensibilidad neurólogica y una hipersensibilidad psicológica (Everly, 1991). Por esta razón podemos referirnos a él como un trastorno que tiene una base neurocognitiva.
“En términos neurológicos, la exposición a un evento traumático puede dar como resultado la hipersensibilidad dentro de las redes neurológicas del sistema límbico neurosubcortical. Desde el punto de vista funcional, tal hipersensibilidad representa una disminución del umbral por excesiva exitación o evocación. De tal manera que la mínima irritación o provocación puede resultar en ira, daño general de la memoria, pánico, aislamiento, reacciones impulsivas, u otras formas extremas de reacciones al estrés.
“La base biológica para tal hipersensibilidad y anormalidades puede incluir cascadas masivas de diversas sustancias como catecolamina, secreciones anormales de cortisol y la liberación endógena de opioides (Everly y Lasting, 1995). Muskerjee (1995) ha incluso revisado evidencia que sugiere que el núcleo del hipocampo de las víctimas de estrés postraumático podría estar tan adversamente afectado por el trauma que puede dar como resultado una reducción en la masa celular del 13 al 26 porciento. Semple y sus colegas (1993) encontraron que las personas diagnosticadas con estrés postraumático y abuso de sustancias presentan evidencias de un patrón anormal del flujo sanguíneo en la corteza orbital frontal así como en la subcorteza del hipocampo.
“Psicológicamente, puede ser que la exposición a los eventos traumáticos crea una hipersensibilidad dentro de los importantes mecanismos usados para mantener la homeostasis psicológica y que son utilizados por todos los individuos. De manera más específica, el trauma rompe algunos supuestos importantes acerca de la naturaleza de nuestro mundo. Fue Abraham Maslow quien se dio cuenta que una de las necesidades humanas más básicas, segunda en orden de importancia después de la necesidad de comida, es la necesidad de seguridad.
“Lo interesante es que los eventos traumáticos por su propia naturaleza, violan, retan y destruyen muchas de las suposiciones que tenemos acerca de cómo debe ser la vida en general y el mundo alrededor de nosotros. Al hacerlo, estos eventos crean un vacío psicológico y este vacío representa un “rompecabezas psíquico” que produce hipersensibilidad a las percepciones de amenaza, desmoralización y pánico.
“El desarrollo del Trastorno de Estrés Postraumático, aunque es la forma más severa de estrés postraumático no es la única. Además de la enfermedad física y las disfunciones de la personalidad, la reacción postraumática puede manifestarse de las siguientes maneras (Horowitz 1986) :
- Miedo a la reaparición del trauma
- Vergüenza por ser una víctima
- Rabia por ser una víctima
- Rabia hacia la persona o la cosa que causó el trauma
- Culpabilidad
- Miedo a perder el control
- Depresión
- Reacciones fóbicas
- Duelo”
¿Cómo aparece el Trastorno?
El Trastorno de Estrés Postraumático aparece de forma brusca, incluso años después de haberse producido el evento traumático. La aparición tardía de los síntomas dificulta el diagnóstico porque el paciente no hace referencia directa del evento, y muchas veces no es evidente para él la vinculación entre la experiencia traumática y sus síntomas.
Como ya se mencionó antes, es necesario que se investigue dentro de la historia clínica, la existencia de experiencias traumáticas en el paciente, como un elemento importante para el diagnóstico diferencial que nunca deberá ser omitido. Hay que recordar que el paciente de manera natural evitará hacer referencia a cualquier evento traumático, por lo que se sugiere, rastrearlo habiendo creado ya un espacio seguro y una buena alianza terapéutica.
Las posibilidades de resolución espontánea del trauma se da en la mitad de los casos, en el lapso de los tres primeros meses después del evento. El resto requiere para su resolución de atención psicoterapéutica.
Mientras más pronto reciban ayuda psicoterapéutica, más rápida es la resolución del trauma. El problema es que si la intervención demora mucho tiempo, el paciente estructura su vida en torno a los síntomas. Esto altera su vida, dañando sus actividades sociales y laborales, afectando sus relaciones interpersonales, familiares y su rendimiento en general, lo que hace que la recuperación resulte más lenta y presente mayores dificultades.
¿Cuál es el porcentaje de incidencia de este trastorno en relación a otros?
De acuerdo a la literatura científica, hasta un 80% de los pacientes diagnosticados con Trastorno de Estrés Postraumático presentan al menos un trastorno psiquiátrico más; esto incluye: (Friedman,1996)
- trastornos afectivos (26-65%)
- de ansiedad (30-60%)
- alcoholismo o abuso de drogas (60-80%),
- trastornos de personalidad (40 al 60%).
FACTORES DE PREDICCIÓN
Para poder determinar qué factores predicen mejor la posibilidad de que alguien que ha sido expuesto a un evento traumático desarrolle un Trastorno de Estrés Postraumático, hay que tomar en cuenta dos de los predictores más precisos:
☛ De acuerdo a las características de quien se expone al evento:
1) La historia previa de trauma de la persona, es decir que quien ha tenido otros traumas en su vida está más expuesto a desarrollar el trastorno.
2) Las reacciones disociativas durante e inmediatamente después del evento traumatico. Y aquí se refiere a aquellas personas que reaccionan generalmente con embotamiento emocional, o experimentando el evento traumático desde una posición de observador, como si le estuviera sucediendo a otro, con ausencia de dolor, o percibiéndose a sí mismo como si estuviera fuera de su cuerpo.
Es importante mencionar que en el DSM-IV, se introduce un nuevo diagnóstico, el del Trastorno por Estrés Agudo, donde aunque los criterios son similares al del diagnóstico del Trastorno por Estrés Postraumático, se hace incapié en los síntomas disociativos antes mencionados. Estos síntomas hacen que cualquier persona que desarrolle Trastorno por Estrés Agudo esté en mayor riesgo de que estos síntomas se perpetúen, pero ya en forma de Trastorno por Estrés Postraumático.
☛ Por las características del evento traumático:
- Los que son infringidos por el ser humano
- Los que son infringidos por familiares o personas en las que se debería confiar
- Los que son repetidos y reiterativos
- Los que son sufridos a edad temprana
- Los que son infringidos bajo presión para guardar silencio
En contraposición a los que son:
- De carácter natural, como desastres naturales
- Los que no son intencionales, como accidentes
- Los que son hechos únicos, no se repiten
- Son sufridos a una edad más avanzada
- Hablados libremente
¿CÓMO ENFRENTAR Y RESOLVER EL TRAUMA PSICOLÓGICO?
En noviembre de 1999, en la 16a Reunión Anual de la Sociedad Internacional para el Estudio del Estrés Traumático, se presentaron los lineamientos para el tratamiento del Trastorno del Estrés Postraumático, en los cuales fueron establecidos los estándares sobre la base de la investigación realizada hasta el presente.
Dentro de los abordajes terapéuticos que por el bagaje de investigación ya cuentan con el reconocimiento por su eficacia, están: la hipnosis, la terapia cognitivo conductual, la terapia de exposición directa, por inundación, el EMDR, y los abordajes psicofarmacológicos.
Sin embargo, hay algunos modelos que también son actualmente considerados por ser muy efectivos; uno de ellos es el Modelo Trifásico de Judith Herman, que es uno de los metamodelos más aceptados en el campo de la Traumatología Psicológica.
Otros modelos no tradicionales fueron estudiados en el Instituto de Traumatología de la Universidad Estatal de Florida (1994), en un trabajo de investigación realizado por el Dr. Charles Figley. Dicha investigación es conocida como “Los ingredientes activos en el tratamiento del trauma psicológico”. En el mismo, fueron probados cuatro tratamientos no tradicionales y controversiales, los mismos que habían permanecido al margen de los estudios.
Los cuatro tratamientos estudiados fueron:
- TFT (Thought Field Terapy o Terapia del Campo Mental).
- TIR (Traumátic Incident Reduccion o Reducción del Incidente Traumático).
- EMRD (Eye Movement Desensitization and Repprocesing o Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares)
- VKD (Visual Kinesthesic Dissociaton o Disociación Viso Kinestésica)
En general, los cuatro solicitan que el paciente se “sintonice” con el hecho traumático recordándolo, esto dentro de un ambiente protegido. Tres de los tratamientos incluyen movimientos oculares, los cuales permiten accesar a información y procesarla. Los cuatro demostraron ser muy efectivos en un rango de 4 a 8 horas. En mi experiencia, he podido constatar el efecto de la Terapia del Campo Mental en mucho menor tiempo (en promedio de una hora, en un 70% de mis pacientes).
☛ Conozcamos un poco más algunos de estos tratamientos antes mencionados.
➤Modelo Trifásico de Judith Herman: Este modelo consta de tres fases:
1) 1a fase, se llama también Reestablecimiento de la Seguridad, y está orientada a que el paciente esté y se sienta a salvo. Ayudándolo a recuperar el control interno y externo, es decir, garantizar su seguridad, aprender a manejar los síntomas que interfieren con su vida y así evitar el riesgo de la reutramautización.
2) La 2a fase, de Rememoración y Duelo, está orientada a que el paciente adquiera la capacidad de reconstruir su historia traumática. Esto es, similar a armar un rompecabezas ya que, por la naturaleza no lineal de las memorias traumáticas, se recuerda el evento en forma de información fragmentada, junto con las sensaciones físicas y emocionales. Todo esto hay que transformarlo en una nueva narración que permita la integración bajo la forma de Memoria Explícita o Narrativa.
3) La última fase es la de Reconexión, y busca reconectar al paciente con la vida, con el aquí y el ahora, con el futuro, redefiniéndose a sí mismo en un nuevo contexto de relaciones y actividades significativas.
➤Reducción del Incidente Traumático, desarrollado por Frank Gerbode, MD y Geral French, CTS.
Este tratamiento se centra en la persona, es breve, simple y al mismo tiempo altamente estructurado. Tiene una gran influencia de Carl Rogers (sin la falta de dirección) y de Sigmund Freud (sin la interpretación y el análisis). Se orienta sobre todo a eliminar la carga emocional negativa de Traumas pasados, siendo también efectivo para tratar sentimientos, emociones, dolores, actitudes y sensaciones negativas.
El procedimiento consiste en hacer repetidamente un recorrido mental del evento traumático en condiciones terapéuticas específicas. El proceso de revisión del evento traumático es guiado por el terapeuta, sin ofrecer ninguna interpretación o intervención de ningún tipo. El trabajo es hecho principalmente por el consultante, el terapeuta sólo guía el proceso.
El consultante puede, a través de la repetición continuada del procedimiento, aliviar los síntomas, lo que le facilita el insight y la toma de mejores decisiones. De esta manera se llega al Punto Final.
Conforme se revive y recorre reiteradamente el hecho traumático bajo condiciones controladas, se va creando, poco a poco, una nueva narración que a través de las palabras va transformando la memoria traumática e integrándola a la memoria explicita. De esta manera la carga emocional, que había sido contenida en la memoria implícita, va perdiendo fuerza, permitiendo que el evento traumático se archive en la memoria como un hecho del pasado, que ya no tiene un impacto ni amenaza al individuo.
➤Thought Field Therapy o Terapia del Campo Mental (TCM). Esta terapia fue desarrollada por el Dr. Callahan, hacia el año 1980, en California, E.E. U.U.
El Dr. Callahan postuló la existencia de ciertas estructuras, a las que llamó “perturbaciones” en la bioenergía del campo mental, que serían las causas de los trastornos psicológicos. El tratamiento está orientado a remover estas perturbaciones, por medio de la estimulación de ciertos puntos vinculados con los meridianos de energía de la acupuntura y de ciertos movimientos oculares.
El procedimiento consiste en pedir al paciente que se “sintonice” con el evento traumático. Posteriormente, se le pide que realice un algoritmo o fórmula, creada con los puntos de acupuntura y en una secuencia específica. Esto hace, que la perturbación, provocada por el recuerdo del evento traumático vaya desapareciendo, al igual que las emociones y las sensaciones asociadas. Simultáneamente la imagen que representa el recuerdo se va transformando.
Para explicar los resultados muchas veces sorprendentes de esta terapia, se han generado varias teorías acerca de sus mecanismos de acción:
Desde la teoría del condicionamiento clásico, “algunos autores consideran que esta terapia elicita el reflejo de orientación y sus efectos inhibidores sobre la respuesta condicionada. De esta manera, una respuesta (el algoritmo) que compite con la respuesta condicionada (la reacción emocional frente al recuerdo del trauma)extinguiría dicha respuesta(Denny,1995).
Otros consideran, que ingredientes tales como, la exposición imaginaria, la observación disociada y el mantener un foco de atención dual (entre otros) darían cuenta de la efectividad de esta terapia (Gallo, 1996)”.
CONCLUSIONES
De acuerdo al Dr.Cazabat, “por las características de los hechos traumáticos, es decir, su complejidad, su persistencia a lo largo del tiempo, sus secuelas, la cormobilidad con otros trastornos que muchas veces hacen difícil su diagnóstico y tratamiento, así como la diversidad de la respuesta traumática, se ha generado la necesidad de nuevos abordajes como los antes mencionados, los cuales aún no cuentan con un respaldo de investigación y su sustentación teórica es en algunos casos es bastante discutible (como en el caso de la Terapia del Campo Mental). De todas maneras, la experiencia clínica indica, un gran nivel de efectividad, que permite suponer que, en los próximos años crecerá el número de investigaciones controladas que corroboren las observaciones clínicas”.
Para el Dr. Callahan “el trauma es una clase de problema única, pues consiste en una reacción emocionalmente llena de turbación, pero perfectamente normal y apropiada, ante una situación o evento objetivamente terrible. Hay personas que reaccionan excesivamente ante el trauma, pero también reaccionan en exceso ante situaciones molestas” .
El Dr. Luis Jorge González comenta que “éste punto de vista tiene la ventaja de aliviar la carga, ya de suyo pesada, que los traumas nos imponen emocionalmente, ya que si además de sufrir por un hecho realmente ultrajante y dañoso, todavía tenemos que avergonzarnos por esta reacción, entonces caemos en el vertigo de un remolino verdaderamente destructivo”.
Por mi parte, considero que, cualquier persona que haya tenido una experiencia traumática se merece la oportunidad de recuperar su vida, su bienestar, sus relaciones y su derecho de ser feliz. Y que nuestro trabajo como profesionistas de la salud nos permite darles la oportunidad de sanar las heridas del trauma y al mismo tiempo adquirir herramientas útiles para desarrollar una mayor capacidad de respuesta para enfrentar los eventos estresantes y que ha sido nuestro tema de estudio: la forma más severa de respuesta ante el estrés que se llama estrés postraumático.
El abanico de posibilidades está abierto para encontrar alternativas de solución. De nosotros depende encontrar la forma más adecuada para ayudarlos a sanar las heridas del trauma. Lo importante, es nunca perder de vista que independientemente del tipo de terapia que utilicemos lo más importante es la relación que establezcamos, porque lo que realmente cura en la terapia es la relación!
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