El PERDÓN

“Perdonar significa ver la luz de Dios en todos y cada uno,
Independientemente de cómo se comporten.”
G. Jampolsky

El sólo hecho de haber decidido elaborar un trabajo acerca del perdón ya es un tema significativo para mi vida. Y la primera pregunta que viene a mi mente al iniciar este tema es ¿Qué es el perdón? Pregunta que trataré de contestar a lo largo de este trabajo, en el que recurrí a varias lecturas para documentarme y aprender más acerca del tema.

Abrir las páginas de libros, en que el tema central es el perdón, ha abierto una ventana y ha puesto nuevos lentes a mis ojos, por que desconocía el verdadero camino que conduce hacia el auténtico perdón. Esta nueva visión la resumiría en una frase muy significativa para mi y que es del Padre Ignacio Larrañaga: “Sí supiéramos comprender, no haría falta perdonar”.

Quiero expresar que este principio de año me puse una meta. Hacer una larga lista de personas con quien deseo reconciliarme y disciplinadamente he ido poniendo una paloma a cada nombre. Al irme reconciliando, he sentido que la primera beneficiada he sido yo, he ido cerrando pendientes, conmigo misma primero que nada.

EL PERDON

Primero que nada es necesario mencionar que es imposible negar la parte espiritual del ser humano. Somos un ente Bio- Psico-Social y Espiritual y ésta última parte es medular en la conformación del la estructura de las otras tres partes. Es difícil concebir una vida armoniosa y equilibrada sin fe, sin esperanza, sin amor y sin Dios.

En los últimos tiempos y en nuestra sociedad moderna, materialista y comercial que le da un valor monetario a todo hasta el punto de ver a una espiritualidad ahogada entre las olas de la negociación, “Cuanto me das, cuanto te doy”. Somos espectadores de una carencia de valores espirituales a nivel mundial y sobre todo en quienes representan la esperanza del mundo, los niños y jóvenes.

Para saber perdonar, primero hay que saber amar y amar no en el sentido de aprehender al otro, de poseerlo y ahogarlo a nuestro capricho. Amar como Dios nos ama, en libertad y dejándonos tener libre albedrío. No es fácil aceptar al “otro”, pero sí es posible mirarlo con los ojos que Dios nos mira, con compasión. Esta tarea aplicada al trabajo de un tanatólogo, es parte de su función, el ir ayudando a cerrar círculos pendientes en la espiritualidad de las personas que se encuentran viviendo el momento de enfrentarse con la enfermedad y la muerte.

Pareciera una tarea fácil el perdonar, sobre todo cuando en nuestra alma no existe una disposición para hacerlo, o emocionalmente estamos impedidos para sentir el amor y el perdón. Hay seres humanos que carecen de capacidad de amar, por lo tanto tienen la misma incapacidad para perdonar.

El acompañar a un enfermo terminal a ir perdonando a otros o a sí mismo, sobre todo a irle dando un sentido y calidad a su vida en el momento en que sabe que su muerte es un hecho inminente, es un proceso de asistencia incondicional para dicho enfermo.{mospagebreak}

Se dice que perdonar es sanar y que es la mejor de las medicinas para curar la angustia, ansiedad, resentimiento y demás emociones negativas que no nos permiten ni ser felices , ni estar en paz en esta vida.

“¿Cuántas veces hay que perdonar?, pregunta Pedro a Jesús en el pasaje bíblico, a lo que El le responde: ¡…hasta setenta veces siete…!.” o sea “siempre”. El ser humano no implica ser santo, todo lo contrario es ser tan terreno y pecador como cualquiera de nuestra especie, sin embargo una de las cualidades o virtudes de la calidad humana es la espiritualidad que es la capacidad de saber los límites de nuestros errores y enmendarlos.

Todos los humanos somos diferentes, y es en esas diferencias en donde hay que poner cuidado cuando cometemos errores y juzgamos insensatamente. Por que es en las diferencias en donde encontramos, si queremos descubrirlo así, a el maestro que nos enseña algo de nosotros mismos, a nuestro espejo que es nuestro prójimo o más próximo, a nuestro hermano.

¿Para qué elegimos perdonar?

Para ir alejándonos de nuestra vida programada hacia la ansiedad, el miedo, la angustia, la ira , la rabia y la desesperación, puesto que esta comprobado científicamente que todas estas emociones tienen una repercusión muy grande en la salud tanto física como mental. Así es que el estado espiritual ideal, por el que debemos luchar es la paz y el perdón.

Podemos observar que tanto en el entorno familiar, laboral y en la misma sociedad en donde nos desenvolvemos actualmente, hay una gran necesidad de rescatar nuestros sentimientos positivos y con ellos nuestra parte espiritual que ha sido relegada. En el medio ambiente hay una gran demanda de amor y por lo tanto de ser comprendido y perdonado.

Es muy importante reconocer que existe un Ser Supremo, se llame Buda , Jesús o Mahoma, quien nos ama incondicionalmente y que con sólo ponernos en su sintonía, nuestro espíritu se apacigua y nos devuelve la calma y la serenidad. Se ha comprobado científicamente que el cáncer daña con frecuencia a las personas que albergan dentro de sus sentimientos y pensamientos, el rencor y el resentimiento. Así es que el sentir a un Dios amoroso es de gran apoyo para quienes son negativos.

Perdonar es una decisión que se toma responsablemente, y que comienza por aprender a perdonar a nosotros mismos. Por ejemplo, nuestro aspecto físico, en lo que consideramos como defectos a la luz de una sociedad cuyas normas nos etiquetan siguiendo los dictámenes de la época o la moda. Y esto nos hace sufrir tanto, al grado de rechazarnos y no amarnos. También es necesario perdonar a la estructura social en donde nos desenvolvemos, que incluye a nuestros padres, hermanos, cónyuge, y demás personas que hacemos el equilibrio de nuestra sociedad y por que no decirlo de nuestro planeta.

Es necesario perdonar el no aceptarnos como somos, perdonar nuestra salud precaria, ya sea física o mental. Es necesario darle un sentido a lo que vivimos y responder no al ¿porqué?, sino más bien al ¿para qué? y de este modo vivir la vida con alegría, misma que a nivel químico nos hace segregar la hormona de la felicidad que son las endorfinas.

– Hay dentro de mi, una niña interior que ha sido muy lastimada, fui tan sobreprotegida que me hicieron bastante inútil. Es necesario aprender a desprogramar este tipo de aspectos para perdonar todo el pasado que hoy ya no sirve para nada, sólo para lastimarnos más.

Perdonar no es tan simple como olvidar y ya, es ir caminando un largo sendero a veces oscuro y a veces con más claridad pero al fin un camino de reconciliación. En este sentido no es de la noche a la mañana que hemos de dar o recibir el perdón. Es un trabajo que llevará su tiempo y momentos nada fáciles y dolorosos, pero que al final van a redundar en ganancia primero que nada para nosotros y después para nuestro entorno familiar y para el grupo social en el que nos desenvolvemos.

¿Qué es el perdón?

Dice Gerald G. Jampolsky en su libro El perdón la mejor de las medicinas: el hecho de perdonar es liberarse del doloroso pasado, en donde muchos vivimos atorados de manera enfermiza y es la decisión de no seguir sufriendo y empezar a curar o sanar nuestra alma. Es dejar de darle tanto valor al odio y a la ira dejando de herir de manera consciente e inconsciente a otros y principalmente a nosotros mismos, debido a motivos o sucesos que pasaron hace muchos años y que traemos constantemente al presente, de manera que la herida no sana, ni sanará jamás.

Nos comenta éste autor que los únicos dos sentimientos auténticos son el amor y el temor, de tal modo que o nos instalamos en uno o en el otro. La diferencia es que en el canal del miedo esta todo un bagaje de sentimientos y pensamientos negativos que se vuelven en nuestro cerebro como una gran máquina repetidora que cargamos. Continuamente regresamos al mismo pensamiento y no nos permite avanzar, siempre viendo la misma película, la de nuestra historia negativa y dejando de lado la parte buena que tanta falta nos hace.

El perdón es un proceso que nace de una ofensa. En el acto de perdonar siempre habremos dos o más involucrados. Uno que es el ofensor y otro que es la víctima o en quien recae la ofensa. Este proceso incluso puede llevarse a cabo a nivel personal.

El perdón es un acto humano, un acto que sólo el ser humano puede realizar. Recordando que a diferencia de los actos humanos, están los actos del hombre que son los que nos dan semejanza con otras especies de seres vivos como: beber, comer, dormir, crecer, etc. Un acto humano siempre va a involucrar a la parte espiritual y moral del hombre.

Como mencionamos antes perdonar no es equivalente a olvidar. Hay quien siente que si perdona se queda sin el sentido que lo mantenía vivo. Se aferra a su rencor y resentimiento, por que estos son los que le dan sentido a su existencia y aunque este enfermo de rabia, arrancarla de raíz de su vida es imposible. Aparentemente es mejor pasar una vida echando pestes de todo lo que sucede, culpando a los demás, sin responsabilizarnos jamás de nuestros actos. Por que de lo único que verdaderamente somos dueños en la vida es del estilo con que vamos a vivirla.

Lo que decidimos cuando perdonamos, es liberar nuestra propia condición de víctimas de otros, quienes a veces van por la vida sin siquiera enterarse de que tenemos metido en el corazón una braza ardiente de odio, coraje, culpa y resentimiento que no nos deja vivir, ni pensar y mucho menos ser libres para amar.

Perdonar es soltar el odio y es ahí en donde radica la verdadera misericordia. Es un acto de la voluntad, no conlleva el hecho de nuestra memoria que es olvidar. Nuestros actos hacia el agresor pueden ser como si hubiéramos perdonado, pero en verdad no lo hemos hecho, sin embargo podemos ser pacientes con nosotros mismos y darnos tiempo hasta que llegue el día en que la herida haya sanado.

Negarnos a perdonar es cerrarnos, ponerle un candado al corazón, hacerlo tan duro como una piedra y esto lo hacemos para protegernos de ser heridos nuevamente y muchas veces, heridos en la misma yaga. Así es que lo único que deseamos es no relacionarnos con quienes tememos que nos lastimen de nuevo y si lo hacen, por lo general la primera reacción es la huida, no el enfrentamiento.

Jesús es un modelo a seguir, para quienes siguen su fe, quien no solo predicó el perdón, sino que lo practicó innumerables veces. Cada vez que juzgamos o criticamos a los demás, esto es como si nos diéramos de latigazos a nosotros mismos y no permitirnos ver, ni avanzar hacia un abandono en Jesús. Es decir, al juzgar a otros, es a nosotros a quien juzgamos en realidad, por que las demás personas siempre serán espejos en donde nos vemos reflejados a nosotros mismos.

Sí nos permitimos ver al otro como un ser que atrás de su miedo lo único que esta pidiendo a gritos es reconocimiento, que es un individuo que está gritando de dolor por sus heridas pasadas, es ahí en donde debemos de actuar como tanatólogos con la misericordia adecuada. Comprendiendo que si rechazamos recibimos más rechazo, pero que si comprendemos recibiremos comprensión. En el momento en que miramos a nuestros prójimos como seres llenos de dolor, pidiendo ser amados, nos será más sencillo no entrar en el proceso del rencor, sino del amor como única vía para llegar al perdón.

Recordando a Grinder y Bandler en su ya conocida Programación Neurolinguística (P.N.L.), que nos habla acerca de que el ser humano es un programa neurológico y lingüístico, puesto que el hombre responde desde sus sentidos, de ver, oír, oler, gustar y tocar a su medio ambiente y todo esto lo expresa mediante un lenguaje que ordena pensamientos y conductas para comunicarse. Las ideas negativas y ciertos esquemas internos son a nuestro cuerpo como el cáncer que destruye las células. De esta manera nuestra respuesta a la vida siempre será con palabras y hechos negativos, por que es como estamos estructurados por nuestro aprendizaje.

En P.N.L. hay un ejercicio para visualizar las diferentes posiciones perceptivas desde las que enfocamos un problema o situación en nuestra vida. En la primera posición nos colocamos como un actor dentro de una obra de teatro, representando en el escenario nuestro problema. De este modo es imposible ver objetivamente la escena, ni vernos a nosotros mismos, ni escucharnos y nuestras reacciones están distorsionadas por la percepción que tenemos. La segunda posición consiste en colocarnos como espectadores de esta obra y contemplando y escuchando todo lo que en el escenario sucede con más claridad. Del mismo modo, en la vida diaria en cuanto el tiempo pasa y empezamos a tomar distancia del problema las cosas se comienzan a asentar y comenzamos a ver desde una diferente perspectiva, con más claridad y de una manera más comprensible ,así con mayor facilidad digerimos el perdón. Sin embargo al estar tan atentos a la obra, no nos es posible evitar pensar como deberían de actuar o reaccionar los actores, involucrándonos de cierto modo en el problema. La tercera posición es la que nos permite contemplar como se dan los hechos en el escenario y fuera de él, desde ahí puedo escuchar perfectamente, mirar la escena y movimiento de los personajes con claridad y sobre todo puedo entender lo sucedido, siendo lo mas objetivo posible.

El Padre Luis Jorge González en su libro “Triunfo sobre el dolor” asegura que hay una cuarta posición, que corresponde a la mirada de Dios: ¿Cómo nos miraría Dios desde su mirada compasiva y amorosa? Desde esta cuarta posición es más fácil poder perdonar. Aquí es donde el ser humano puede comenzar a trascender en su amor y capacidad de perdonar. Con esos ojos y esa mirada de un Dios todo amor y todo misericordia que no nos reclama nada, que nos quiere y acepta tal y como nos creo. No nos pide nada a cambio solo que nos amemos a nosotros mismos para después poder amar a nuestros hermanos.

El Psicoanalista Victor E. Frankl en su libro El hombre en busca de sentido nos relata como mediante nuestras actitudes ante la vida es posible salir airoso y bien librado. Sin embargo, si estas actitudes son negativas y en contra de nosotros lo único que se encuentra es la muerte. El vivió los horrores de la segunda guerra mundial dentro de un campo de concentración y desconociendo por completo que su esposa con quien había contraído matrimonio hacía muy poco acababa de morir. El decide que va a salir con vida de este lugar y dedica su tiempo a observar a los prisioneros. Estos con su actitud decidían morir, pidiendo cigarrillos en vez de un plato de sopa. Frankl comienza a usar sus conocimientos de observación y escribiendo así el manuscrito de lo que seria con posterioridad su gran obra maestra, su testimonio de encontrar un sentido a la vida, el cual seria la base de su teoría, la Logoterapia.

Roger Martínez Peniche en su interesante libro La magia del perdón, nos va guiando por los cinco pasos del duelo que finalmente concluirán en la aceptación y adaptación de nuevo a un estado de vida diferente pero saludable para el individuo. Dedica un capítulo al dolor como un peldaño que se debe subir para llegar al perdón. Menciona que quien no sufre y siente en carne viva lo que es el dolor profundo no es capaz de perdonar. Dice que el dolor como tal no es un enemigo, sino un aliado, que nos dice que estamos vivos y nos habla de nuestras pérdidas. Aunque no es fácil se puede romper el círculo vicioso en que se llega a convertir el dolor y la adicción a las relaciones destructivas. Esto sólo se puede hacer perdonando, rompiendo con el dolor, soltando las ataduras y entrando en un estado de paz.

Para perdonar el autor menciona cuatro pasos fundamentales que son:

  • Renunciar cuando aceptamos la pérdida,
  • Desatar el vínculo que nos unía a alguien o a algo que ya no está, o ya no es,
  • Dejar ir los deseos de venganza y
  • Soltar el exceso de equipaje emocional.

Para aprender a decir adiós y recordar de manera positiva que hay que aceptar la inpermanencia de nuestras vidas, dijeran por ahí “nada es para siempre”, debemos asumir que la separación de lo que queremos es inevitable y que todo lo que llega tiene que partir. Perdonar es un acto voluntario que consiste en decidir sacar de nuestra vida un dolor no procesado. También es una de las capacidades humanas que nos da dignidad, al sobreponernos a nuestros sentimientos heridos y así cancelar las deudas de los demás, que en normalmente no desearíamos que fueran canceladas.

La palabra perdón significa “renunciar”, al aceptar la realidad externa de la pérdida en nuestro interior. Los recuerdos de los daños sufridos en el pasado pueden mutilarnos emocionalmente en el presente. Es muy importante la manera en como reaccionamos ante las pérdidas de la vida, mismas que se presentan desde que nacemos, hasta que dejamos físicamente éste mundo.

El perdón es un acto que se realiza en soledad, con poca o ninguna ayuda de los demás. Es muy frecuente que el perdón sea resultado de un proceso doloroso y solitario de la persona lastimada. En el momento que decimos interiormente un “¡Ya basta!, es el momento en que resolvemos libremente no seguir permitiendo que nos invadan pensamientos negativos y golpes bajos de otros.

Los pasos para dar el perdón que señala Martínez Peniche son cinco:

  1. Aceptar la herida, no negarla, reconocerla como tal y enfrentarla y admitir los sentimientos que ésta herida conlleva. También asumir que los únicos responsables de poder sanar somos nosotros mismos, nadie más.
  2. Darle nombre a la herida, examinando que produjo en nosotros dicha herida y hacer una lista de las emociones que sentimos para ponerlas afuera y poderlas visualizarlas con mas facilidad. También es importante ir revisando con calma lo que sentimos, es como ir sacando la tierra desde lo más profundo de un pozo y como si nos diéramos a la tarea de ir investigando en un laboratorio las partículas que conforman la tierra y a cada parte le diéramos su nombre real, no irreal o fantasioso.
  3. Nivelarnos con quien nos hizo daño. En principio y en apariencia las partes que son el agresor y el agredido tienen una posición de desigualdad frente al hecho. Es necesario ponernos de manera responsable en un mismo nivel y a una misma altura moral, nadie gana, ni nadie pierde, cuando decidimos perdonar, todos salimos ganando, aquí no existen los perdedores.
  4. Culpar al culpable, en el sentido de que si vamos a otorgar el perdón es necesario que antes alguien debe de ser culpable, de no hacerlo corremos el riesgo de que nuestro odio se expanda a toda la humanad. Al culpar a quien nos agravió dejamos de culparnos por no haber sabido evitar lo ocurrido y nos hacemos responsables de la parte que nos toca.
  5. La última parte para llegar al perdón es renunciar, desatar, dejar ir y soltar, recordando que nunca es demasiado tarde para otorgar el perdón. Tomar una decisión después de una pérdida significativa es uno de los procesos más difíciles a que se enfrentará el sujeto cuando esta en el proceso de recuperar su equilibrio.

El momento de actuar es crucial ya que es un momento de decisión personal e intima en donde la luz de Dios es fundamental. El verbo que debemos aplicar es “SOLTAR”, soltar el exceso de equipaje emocional que nos esta matando interiormente y no nos permite vivir con paz y tranquilidad. De hoy en adelante podemos tener recuerdos, pero es necesario dejarlos que pasen como si fueran mariposas que vuelan sobre nuestros hombros, dejarlas ir y que sigan su camino.

El Doctor Alfonso Reyes Subiria nos comenta que también es necesario perdonar a Dios. Y quien está enojado con Dios debe de tener la certeza de que lo ama por lo tanto se ha enojado y no lo puede perdonar, por que yo no puedo enojarme con Buda por que ni lo quiero, ni lo conozco, así es que un acto de amor a Dios es el perdón.

El autor Robin Casarjian en su libro Perdonar, una decisión valiente que nos traerá paz interior nos dice respecto del perdón que otorgamos supuestamente a Dios que es en realidad un perdón que estamos buscando para nosotros mismos. En realidad no estamos enfadados con Dios, sino con nosotros por que aún no hemos podido conquistar nuestra divinidad, pero es en el hecho de perdonar en donde encontraremos la divinidad y la semejanza con Dios.

Perdonamos a Dios cuando abandonamos las ideas rígidas sobre lo que “debería ser” la vida y en ese momento y podemos entablar con El una relación de aceptación y creatividad. Es entonces cuando abrazaremos a la vida en su totalidad y trataremos de aprovechar cada situación tal y como se nos presente.

El filósofo Heidegger escribió que una persona no es una cosa ni un proceso, sino una abertura a través de la cual puede manifestarse lo absoluto. Estamos en el mundo para amar y para brindar amor en todos los aspectos de nuestra vida. El amor es nuestra naturaleza y cuando vivimos la plenitud de nuestro yo, perdonamos y sabemos que somos perdonados.

La oración es una vía directa para ponernos en contacto con Dios, de ahí que orar es comenzar a sanar. Orando nos llega la gracia de Dios y sí ya hemos recurrido a nuestros medios humanos y no hemos tenido resultado alguno, recurramos a los medios de la oración que son los medios de Dios. La gracia suele venir cuando hemos preparado el camino, cuando tenemos el deseo conciente de crecer y de ser receptivos a la voz del amor.

Nuestro aprendizaje no termina nunca. Se nos ofrece una oportunidad tras otra de aprender las enseñanzas del amor y se nos da el conocimiento del perdón para asegurar nuestra paz y tranquilidad en la vida terrena. En un mundo en donde hay mucho temor, se nos da la valentía necesaria para vivir nuestro objetivo como maestros del amor.

Mi Experiencia

En cuanto a mi experiencia personal acerca del perdón me gustaría compartir que en la elaboración de este trabajo, mientras más leo, más me doy cuenta lo ignorante que soy respecto a perdonar. Sin embargo se que en mi hay una sabiduría interna a la cual le puedo dar muchos nombres: mi yo, mi energía interna o mi Dios. Esta fuerza es la que me da la iluminación necesaria para actuar asertivamente cuando se presenta el arrebato de una ofensa y es necesario perdonar.

Considero que he aprendido mucho no sólo en el trabajo, sino en todo el curso de Tanatología. De éste modo me siento un poco más preparada para enfrentar con mayor serenidad los momentos que me tocarán vivir en adelante. Como en éste momento en que estoy pasando por un doloroso duelo al ir despidiéndome día a día de mi madre a quien adoro.

Ella ha empezado con un deterioro de sus facultades mentales y desde el momento que lo escribo ya esta instalado un nudo en mi garganta que me ahoga y me hace sentir una tremenda impotencia. Sólo visualizando el hecho desde la perspectiva del amor, la paciencia y sobre todo dándole un sentido a lo que estoy viviendo será posible encontrar la paz o tranquilidad suficiente para ir resolviendo día a día lo que me toque resolver y lo que no sea posible resolver dejárselo a Dios. Ya que en un principio estaba en la postura de sobrecargarme de responsabilidades y lo único que estaba logrando es acabar con mi tranquilidad y mi salud.

No se cuanto tiempo vaya a durar éste proceso tan duro, pero así como dicen los Alcohólicos Anónimos, viviré lo que me toque “Sólo por hoy” y solo Dios sabe para qué me está tocando esta despedida de esta manera. Abandonarme en las manos de Dios, sin dejar de lado el delegar responsabilidades, puesto que no soy hija única.

Me visualizo como una persona con una autoestima muy baja, muy insegura de mi misma, con dificultad para tomar decisiones, pero no por eso impedida para poder hacerlo.

Creo que si comienzo por darle sentido a lo que vivo y calidad a mi vida, como dice Victor Frankl, podré aún en las peores situaciones salir adelante y sí el pudo salir del campo de concentración con vida y escribir su libro, yo puedo buscar dentro de toda esta revoltura de sentimientos encontrados un para qué.

En algún lugar leí alguna vez que “cuando hay crisis es cuando creces”, tal ves ésta es una oportunidad para mi de crecer, no de estar llena de rencor y de rabia en contra del mundo.

Creo que como Tanatóloga potencial, se me presenta la oportunidad de ir cerrando círculos pendientes, no sólo con mi madre, sino conmigo misma e ir descargando mi maleta para estar preparada para lo que venga.

No solo soy la única involucrada en el duelo, son mis hijos, mis dos hermanos, en cierta forma mis cuñadas y mi esposo. Somos un grupo que tal vez Dios quiere ver unido y no separado como estamos y nos está poniendo esta prueba tan fuerte para que escuchemos su llamado.

Es tan importante clarificar con que actitud voy a asumir la pérdida, con la del temor o con la del amor, es mi decisión y responsabilidad hacerlo de una manera asertiva y no reaccionando negativamente ante cualquier cambio.

He empezado a relacionarme con lecturas acerca del Alzheimer y encontré una persona cuya madre esta en peores condiciones que la mía y me propone formar un grupo de apoyo para familiares con un ser querido en estas circunstancias, así es que haré lo que esté a mi alcance, por que sé que todos tenemos una misión en la vida, ser canales para otros y no aislarnos en el olvido y el abandono.

Con ésta actitud me siento, primero, más acompañada y entendida, siento que hablo con personas que entienden mi lenguaje y segundo tengo la oportunidad de poder apoyar con mis conocimientos a otros y de este modo encausar el dolor.

Debo o quiero estar muy agradecida con Dios y la vida por que a través de los hechos veo que no me abandona y si yo busco opciones, encuentro salidas saludablemente protegidas para ambas. Es necesario dejar de sufrir sin sentido y darle al sufrimiento un sentido, es lo único válido, después de mi amor a Dios y a Maria a lo que me puedo y quiero aferrar en estos momentos. Dios me esta dando la oportunidad de cerrar círculos con mi madre, hasta en eso ha sido bondadoso conmigo.

LA UNICA OPCION DE VIVIR EN PAZ ES EL PERDON.

BIBLIOGRAFIA

  1. Casarjian, Robin: Perdonar una decisión valiente que nos traerá la paz interior;, Ed. Urano, Barcelona, 1992.
  2. González, Luis Jorge: Triunfo sobre el dolor; Edizione del terezianum, Roma, 1999.
  3. Frankl, Victor E.: El hombre en busca de sentido, Ed. Herder, Barcelona, 1999.
  4. Jampolsky, Gerald G.: El perdón la mejor de las medicinas; Ed. alamah, México, 2006.
  5. Jampolsky, Gerald G.: Amar es despojarse del temor; Ed. Cogent Publishing, New York, 1989.
  6. Martínez Peniche, Roger: La magia del perdón; Ed. Grijalbo, Mexico, 2002.
  7. Ugarte Corcuera, Francisco: Del resentimiento al perdón una puerta a la felicidad; Ediciones Populares, México, 2000.
  8. Satir, Virginia: En contacto íntimo; Ed. Pax, México.

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  • Fernando Aguilar

    Yo agregaria el libro de Un Curso de Milagros en la bibliografia. Este libro te ayuda a perdonar con sólo leerlo, sin que te des cuenta y trae mucho ejercicios sobre el perdón. Ese libro lo mencionan tanto Jampolsky como Casarjian.

    • Concepcíon Contreras

      Tú referencia al Libro del Curso de milagros es muy acertado. En lo personal no tengo la experiencia de haber llevado este curso , pero conozco un poco acerca de él.
      Lo que me gustaría revelarte es que yo estoy llevando una especialidad en Logoterapia y es ahí en donde me he enfrentado a muchos retos y sobre todo a darme cuenta de que la vida es quien te hace preguntas y somos nosotros desde nuestra mismidad y Unicidad quienes le damos respuestas responsables.
      Te comparto una frase que no es mia, es de Nietzche:
      “Quién tiene un por qué para vivir, no importa el cómo…”

  • gilbertoperezsanchez

    El libro me parece perfecto, felicidades al sr. Roger por esta maravillosa obra.

  • gilbertoperezsanchez

    El libro me parece perfecto, felicidades al sr. Roger por esta maravillosa obra.

  • Miryam_rojas11

    Estoy por terminar de leerlo,,, bueno,,, buenisimo,,,, me ayudo muxo en mi doloroso proceso….

  • Miryam_rojas11

    Estoy por terminar de leerlo,,, bueno,,, buenisimo,,,, me ayudo muxo en mi doloroso proceso….

  • concepción

    Estimada miryam, es muy reconfortante saber , por tú comentario ,que te das el tiempo de buscar literatura acerca de tus vivencias, es una maravilla esta red de comunicación Internet, pero es más bello saber que hay personas como tú que nos mandan una palabra de aliento para seguir compartiendo de lo que sabemos o hemos investigado por que la vida siempre nos sorprenderá con grandes golpes, pero somos nosotras quiene tenemos la libertad de elegir con que ACTITUD daremos nuestra respuesta.

  • concepción

    Estimada miryam, es muy reconfortante saber , por tú comentario ,que te das el tiempo de buscar literatura acerca de tus vivencias, es una maravilla esta red de comunicación Internet, pero es más bello saber que hay personas como tú que nos mandan una palabra de aliento para seguir compartiendo de lo que sabemos o hemos investigado por que la vida siempre nos sorprenderá con grandes golpes, pero somos nosotras quiene tenemos la libertad de elegir con que ACTITUD daremos nuestra respuesta.

  • brendiux

    Gracias Miryam, dios supo porque tuve que encontrar este articulo tan maravilloso que realizaste….. gracias por tu aportación y dios te bendiga a tí, a tu madre y a tu familia…de todo corazón brenda….

  • brendiux

    Gracias Miryam, dios supo porque tuve que encontrar este articulo tan maravilloso que realizaste….. gracias por tu aportación y dios te bendiga a tí, a tu madre y a tu familia…de todo corazón brenda….

  • Ana Patricia Arellano Morán

    me gustaria comentarles lo grato que fué para mi este libro, y de la manera como siento y he ido superando los problemas que se me han presentado.
    Me separe recientemente despues de 15 años, hice hasta lo imposible porque esta relación continuara tolere un sinumero de situaciones que no deben ser. y me sentia sola, abandonada y con mucho rencor. este libro me hizo entender que la gente no se va o aleja de ti x que no te quiera que cuando te moestas con alguien tu tienes esos defectos y vistos en otra personas son intolerables.
    despues de tocar fondo emocionalmente, comprendi que el odio, rencor, dolor son cargas demaciado pesadas con las que uno no debe vivir y que a la primera persona que debo perdonar es a mi, que juez tan dificil. aprendi a amarme mas a dedicarme mas a lo que me gusta hacer y a solar estoy aprendiendo a ver la vida en una realidad a la que imprimo colores diferentes, matices tan alegres que no apreciaba desde hace mucho tiempo….he regalado su libro a otros buenos amigos y creame los resultados han sido muy buenos gracias……BRAVO….. que buen libro

    • Enrique Santo

      Mi queridisima Doctora, tengo años buscando a esa incomparable amiga, te busque hasta en esa  bella tierra Maya y nadie me dio datos tuyos, espero leas esto, seria un honor saludarte, que segun lo que lei luchaste por salir adelante en una relación, creo que no fue la primera vez que lo hiciste, siempre te levantaste,  porque siempre amaste sin exigir y perdonaste cuando no te respondieron y no fue motivo para caer hoy porque lo sera, no creo que seas asi, perdon te debemos de pedir, porque para ti nunca hubo que perdonar y si mucho que amar, la respuesta solo es de DIOS, encuentralo y te la dara. DTB

  • Ana Patricia Arellano Morán

    me gustaria comentarles lo grato que fué para mi este libro, y de la manera como siento y he ido superando los problemas que se me han presentado.
    Me separe recientemente despues de 15 años, hice hasta lo imposible porque esta relación continuara tolere un sinumero de situaciones que no deben ser. y me sentia sola, abandonada y con mucho rencor. este libro me hizo entender que la gente no se va o aleja de ti x que no te quiera que cuando te moestas con alguien tu tienes esos defectos y vistos en otra personas son intolerables.
    despues de tocar fondo emocionalmente, comprendi que el odio, rencor, dolor son cargas demaciado pesadas con las que uno no debe vivir y que a la primera persona que debo perdonar es a mi, que juez tan dificil. aprendi a amarme mas a dedicarme mas a lo que me gusta hacer y a solar estoy aprendiendo a ver la vida en una realidad a la que imprimo colores diferentes, matices tan alegres que no apreciaba desde hace mucho tiempo….he regalado su libro a otros buenos amigos y creame los resultados han sido muy buenos gracias……BRAVO….. que buen libro

  • Enrique Santo

    Mi queridisima Doctora, tengo años buscando a esa incomparable amiga, te busque hasta en esa  bella tierra Maya y nadie me dio datos tuyos, espero leas esto, seria un honor saludarte, que segun lo que lei luchaste por salir adelante en una relación, creo que no fue la primera vez que lo hiciste, siempre te levantaste,  porque siempre amaste sin exigir y perdonaste cuando no te respondieron y no fue motivo para caer hoy porque lo sera, no creo que seas asi, perdon te debemos de pedir, porque para ti nunca hubo que perdonar y si mucho que amar, la respuesta solo es de DIOS, encuentralo y te la dara. DTB