¿Cómo reaccionamos los seres vivos al estrés?

Todos los seres vivos por el hecho de estar vivos experimentamos estrés como parte del proceso natural de adaptación, sobrevivencia y progreso,

“Todas nuestras actividades, tanto físicas como psicológicas son un factor de estrés ya que este es un proceso fisiológico natural de estimulación y de respuesta indispensable para la vida y el funiconamiento de nuestro cerebro y nuestros distintos órganos (Bensabat y Selye, 1984)

Y como la vida no es más que un proceso de permanente cambio y adaptación a las circunstancias, es necesario desarrollar la capacidad de adaptación para asimilar sanamente las tensiones y el desgaste natural.Esta nueva capacidad para aprender a adaptarnos al estrés, es lo que nos ayuda a gozar de una buena salud y cumplir con el propósito vital de proyectarnos como personas completas a través de acciones útiles.”

La palabra estrés significa tensión, y se refiere a la reacción que tenemos a todos los acotecimientos que vivimos, tanto las agresiones físicas como psicológicas, a las emociones (positivas o negativas) y a las coacciones

Para entender mejor el estrés conviene revisar la propuesta de Selye de que los seres vivos reaccionamos al estrés físico o psicológico en 3 etapas:

Etapa 1: Reacción de ALARMA, donde hay un reconocimiento de que se debe enfrentar el peligro físico  o psicológico. Esto acrecienta la reacción emocional, nos hace ser más sensibles y estar más alertas. Se producen cambios fisiológicos que generan la necesidad de movilizar nuestros recursos para confrontar y de esta manera recuperar el autocontrol.

Si ninguno de estos mecanismos reducen el estrés se pasa entonces a la siguiente etapa de adaptación.

Etapa 2: de RESISTENCIA, aquí se manifiestan, entre otros, síntomas psicosomáticos diversos y también otros signos. Entonces se intensifica el uso de técnicas directas y defensivas para la confrontación.  Es una etapa crítica porque  pueden generarse enfermedades. La necesidad de utilizar estrategias más efectivas se hace urgente.

Si las medidas tomadas no funcionan, se llega a la tercera y última etapa.

Etapa 3: de AGOTAMIENTO, aquí la persona utiliza sus mecanismos de defensa de manera cada vez más deficiente, en un intento desesperado por recuperar el control del estrés. Si no se tiene éxito, puede presentarse daño físico o psicológico irreparables, puede incluso ocurrir la muerte.

“La descripción de este proceso mendiante el cual nos adaptamos a las exigencies de la vida, lleva a Hans Selye a la conclusión de que el estrés se puede medir por la intensidad de las manifestaciones del síndrome general de adaptación, y gracias a éste nuestros diversos órganos, las glándulas endócrinas y el sistema nervioso nos ayudan a adaptarnos a las modificaciones que se producen en el interior y el exterior de nuestro cuerpo (“Selye, “El estrés de la vida)”.

Este proceso permanente de adaptación a las circunstancias en las que nos toca vivir hacen que le vayamos encontrando el sentido a la vida. Porque el secreto de la felicidad radica en esta adaptación favorable, en esta capacidad de responder al reto de vivir en condiciones constantemente cambiantes y no siempre favorables.

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